TOTEMS

“Durante mil años el único médico del pueblo fue la bruja. Los emperadores, los reyes, los papas, los más ricos barones tenían algunos doctores de Salerno, moros o judíos, pero las masas de todo Estado, podemos decir todo el mundo, no consultaban más que a la Sala, o comadrona.

Si no curaba, la injuriaban y la llamaban bruja. Pero generalmente, por un respeto mezclado de temor, se la nombraba Dama buena, o Bella dama (bella donna), el mismo nombre que se daba a las hadas.”
Jules Michelet -La Bruja

Desde el origen de la humanidad, las mujeres hemos sido guardianas de saberes y poderes. Sin embargo, el cristianismo y la llegada del capitalismo en la Edad Media nos despojaron de esa magia, fragmentando nuestra comunidad y reduciéndonos a engranajes de una sociedad heteropatriarcal y consumista.

Soy mujer y madre, sobreviviente de ocho años de un matrimonio marcado por el abuso y la violencia psicológica, un círculo de dolor y miedo que se perpetúa en muchos hogares bajo el amparo de un sistema que privilegia un enfoque familista sobre uno de género. Esta estructura nos ha dejado aisladas, debilitando nuestras redes y tribus femeninas.

Me he preguntado: ¿qué me permite romper estos ciclos de violencia? Encontré la respuesta en mi producción artística. Mi proceso artístico hizo visibles las heridas invisibles, transformando el dolor en resistencia y revelando la belleza de la fuerza encarnada en el desafío a los estereotipos impuestos a la mujer.

Así nace mi colección de tótems de poder. Cada figura representa un arquetipo de mujer resiliente y resistente. No se enfocan en el sufrimiento ni en el aislamiento, sino en la fuerza que emerge de la opresión. Son un conjuro de palabras que rompen el silencio, sanan y nos llaman al reencuentro con nuestra esencia como mujeres salvajes, brujas y hechiceras.

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