MASGLO

Mi práctica artística inscrita como acto político desde el feminismo, explora caminos de reivindicación para las mujeres.

Con la colección “Masglo”, lo hago desde el enfoque de la palabra que acompaña la gráfica, acudiendo a los nombres que de forma peyorativa buscan rebajar el ser mujer a un modelo que depende de los estándares de la sociedad donde se encuentre.

En el SXVI “Las mujeres eran acusadas de ser poco razonables, vanidosas, salvajes, despilfarradoras. …Pero la villana principal era la esposa desobediente, que junto con la “regañona”, la “bruja” y la “puta” era el blanco favorito de los dramaturgos, escritores populares y moralistas”* (en su totalidad hombres). Hoy las mujeres desde diferentes prácticas artísticas nos hemos apropiado de estos adjetivos que contextualmente nos descalifican y los transformamos en elementos que nos empoderan.

Uno de los elementos pop más representativos de lo femenino, hoy en día son las uñas. La marca de esmaltes para uñas Masglo, utiliza varios de estos adjetivos para nombrar sus productos: Fufurufa, buscona, complicada, dramática, rebelde, virginal. La estandarización de lo femenino en la sociedad, se revela en la obra con un elemento racional: la clasificación de color Pantone. Aparece así, una serie de pinturas como acto de resistencia a la opresión masculina, que desde los comienzos de la historia moderna ha usado la intimidación a través de la palabra para controlar el poder femenino “Cualquier hombre podía destruir a una mujer simplemente declarando que era prostituta… Las mujeres habrían tenido que suplicarle a los hombres que no les arrebataran su honor – la única propiedad que les quedaba – ”*

*Silvia Federichi – Calibán y la bruja.

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