Esos días en que no te lavas los dientes, te vistes con una sudadera y terminas almorzando a las 3:00pm mientras tu bebé grita desde su corral porque quiere estar contigo.
Intentas escribir al respecto con ella colgada en tu cuerpo, y te preguntas si lo estas haciendo bien, si deberías pedir ayuda, si tal vez deberías llamar a alguien para que juegue con ella por ti, mientras tu haces otras cosas que te gustan… Pero te niegas a hacerlo porque estas convencida que no te graduaste como madre el día que pariste, ni cuando terminó tu licencia de maternidad, ni hoy cuando tu bebé cumple 8 meses, tiene varios dientes en camino y no se haya en ningún lugar. No puede sacarte de la cabeza que pasar tiempo con tu hija es mas importante que cualquier otro deseo profesional.
Días en que extrañas tu vida antes de tener a tu pequeño intruso (yo lo llamo AV -Antes de Victoria), momentos en que te preguntas si estas viviendo la vida que soñaste, dudas de todo y mas de una vez se te encharcan los ojos mientras ves llorar a tu hija.
Hay días difíciles que requieren una doble dosis de chocolate, pero cuando son las 4:12 de la tarde y por fin logras que tu bebé duerma un poco. Te sirves un vaso de helado, te sientas en el computador a terminar el texto que habías empezado y te sientes de lo mejor porque lo has logrado una vez mas, con una sonrisa y el corazón hinchado de felicidad no puedes sentir mas agradecimiento por todo lo que tienes, entre esas cosas, poder ver crecer a tu hija.
Celebramos los 8 meses de Victoria con un día de paseos, gritos, berrinches y lágrimas, pero lo celebramos juntas!!!